Al activar el interruptor que inició el embalse de almacenamiento, el presidente Andrés Manuel López Obrador inauguró la presa “Santa María”, ubicada en el cauce del río Baluarte, una de las más importantes obras de este gobierno, cuya construcción comenzó en 2015 y posteriormente fue suspendida.
“Esta obra va a ayudar mucho al sur de Sinaloa, a los productores, pero también a los municipios del sur de este estado, porque van a tener garantizada el agua para su consumo.”
Luego de la develación de la placa inaugural, el primer mandatario agradeció a pobladores de Santa María y otras localidades de la región, por permitir el acuerdo para terminar esta obra en beneficio de la nación.
Igualmente, a maestros de obra, técnicos, mecánicos, ingenieros y quienes participaron: “No olvidar nunca, jamás, a los trabajadores de la construcción”.
Tras informar que la presa “Santa María” también generará energía eléctrica limpia y a bajo costo con una planta hidroeléctrica, puntualizó que hoy el presupuesto alcanza con la hacienda pública consolidada, sin aumentar impuestos, sin corrupción ni privilegios fiscales.
“Y celebrar que se haya terminado esta obra. Falta concluir todos los módulos de riego, eso lo debemos tener terminado el año próximo para poder regar las 24 mil hectáreas, como también el año próximo, antes de que yo concluya mi mandato, debemos tener todo el sistema de riego de la presa Picachos.”
Más temprano, durante la conferencia matutina desde Palacio Nacional, informó que la presa “Santa María” está terminada, y recordó que durante los 36 años del periodo neoliberal no se alcanzaron a cubrir más de 20 mil hectáreas de riego, porque se abandonó por completo la política hidráulica:
“Y ahora estamos construyendo presas, terminando estas obras importantes de infraestructura y habilitando tierras para la producción agrícola mediante la introducción de sistemas de riego. Miles de hectáreas vamos a dejar al final de este gobierno; en cinco años vamos a hacer más superficie de riego que todo lo realizado en más de 30 años del periodo neoliberal.
“Es una gran obra de ingeniería civil e hidráulica. Esta obra la encontramos parada con un avance del 20, 25 por ciento. Cuesta alrededor de 10 mil millones y habían invertido como dos mil 500; todo lo demás es inversión de nuestro gobierno, con dinero del presupuesto, dinero del pueblo de México; no es crédito, también es inversión pública.”
El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, dijo que la obra beneficiará a 700 mil habitantes de la región sur; con ello, prácticamente queda cubierta toda la superficie de riego del estado, que posee amplia vocación agrícola.
El director general de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) Germán Martínez Santoyo, detalló que, con esta obra, Sinaloa suma 12 grandes presas para almacenar 16.1 millones de metros cúbicos y abastecer la zona sur en uso de riego y consumo público urbano, además de su potencial para generación de energía eléctrica.
Explicó que el costo global fue de nueve mil 659 millones de pesos, de los cuales, el gobierno federal aplicó siete mil 318 millones para beneficio de dos mil 551 productores agrícolas, además de energía eléctrica para 90 mil habitantes.
“Va a almacenar, a su nivel máximo de operación, 811 millones de metros cúbicos para riego de 24 mil 250 hectáreas, y también podrá controlar inundaciones y una generación hidroeléctrica media anual de 192 gigawatts/hora.”
